Tuesday, May 15, 2007

Da igual


Que el insolente sol ponga despedida a una noche de solteros prendiendo las colillas que quedan en el suelo y que se barren a los postres.

Que sea gris el asfalto que bordea las cínicas esquinas de una ciudad cada vez más ermitaña robándole las putas con sida a la madrugada.

Que haya muñequitas vestidas de Prada rotas a bofetadas por niños pijos que entienden por visas el amor.

Que empiecen a colgar en azoteas oscuras enredaderas en las que pongan a secar sus miserias las porteras de cada una de las colmenas de esta vida malpagada a plazos.

Que la urgencia de los amantes abandone lejanas islas huérfanas de mar para devenir en los cantos de sirena de blancas ambulancias.

Que se venda al por mayor esa idiotez de que hay pieles coloreadas de ilegalidad.

Que el orgullo de las banderas aumente la sordera de los que no escuchan a los que piden como única patria la primavera.

Que enfermen las quinceañeras cuando ven en endémicas pasarelas los cuartos traseros de princesas pagadas por vomitar si quieren seguir en la fiesta.

Que se curen en salud los desahuciados del alma con champagne, coca y anfetas.

Que para algunos el calendario cambie las fiestas de todos los santos por el calvario de cómo llegar a los finales de unos meses que no consiguen ser del todo tachados.

Que de no abrazar haya tantos mancos.

Que se asiente la locura de los pragmáticos en los cafés de los poetas borrando los versos de las cartas por sustanciosas finanzas en letra impresa.

Que ronden los fantasmas las alcobas de los que se acuestan a solas arrastrando sus cadenas de derrota.



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En estas semanas que pájaros negros colgaron sus nidos en mis sueños, que respirar era exhalar un futuro incierto, que escuché que lo único que quita la posibilidad me podía estar pisando los talones, me ha dado igual casi todo.

Dicen que sólo rescatas del torbellino lo que es verdadero. Y entre las cosas que salían a flote, estabas, como siempre, tú.