Monday, October 29, 2007

Relatos enzarpados: When you´re strange...

Para todos es el del segundo B. El ermitaño, el introvertido, el tímido. El raro. La gente no tiene ni idea de lo que quiere, pero sabe lo que no quiere de forma rotunda. A él no le quieren en el bloque principalmente porque no le conocen. Todo sería más fácil si supiesen su nombre, o en qué trabaja –si es que tiene un trabajo fuera de ese piso- o dónde compra, o dónde ha estudiado, o cuándo va al cine, o si le preocupa que el recibo de la comunidad vaya a subir el mes próximo. Cosas así. Todo un mundo. Su mundo. Pero aún no saben nada de él.

La gente tiene miedo de que no sigas la corriente. De que no veas el último reallity televisivo. O no vayas al gimnasio. O no te rías de sus bromas. Tienen miedo de que andes a tu aire. Es saber que estás marcado lo que hace que te saluden. Ganas su respeto por compartir sus pecados y no por quedar libre de ellos. Por compartir sus pecados y fobias. Por vivir una vida calcada a la suya.

Es el eterno miedo a lo desconocido. Es el recelo que provoca. Es la violencia en que deriva.

La gente no quiere que les soluciones sus problemas porque es todo lo que tienen. Si les quitas eso sólo les queda lo inexplorado. El recelo a lo incierto, a arriesgarse, a ir a mejor. Eso, en muchas ocasiones, aterroriza. La gente habla de lo mal que les va, bla bla bla bla…pero, en realidad, no quiere que les saques del apuro. Correr riesgos. Miedo a ser feliz. A ser libre.

No puedes vivir en una pequeña ciudad e ir meando fuera del tiesto siempre porque al final le pringas los zapatos a alguien. Le vas a tocar los cojones a alguien te pongas como te pongas. Hay veces que te cortan el chorro antes de que eso pase. La gente prefiere tener que llamarte la atención por algo a no saber de qué palo vas. Nunca van a dejarte tranquilo. El error es pensar que no les importa (s). Importa, y mucho. En este mundo el miedo no radica en la posibilidad de tener que pasar tu vida solo, sino en saber que no van a dejarte hacerlo si así lo decides. Esa opción no es valida.

La gente necesita estar etiquetada. Hay unas etiquetas mejores que otras.Todos conocen al: Ingeniero industrial, al otaku, a la super estrella del cine, al padre de familia, a la ama de casa, al skater, a la abogada, al parado, al banquero…son etiquetas mucho mejores que violador, asesino, terrorista, calienta pollas, pederasta, gordo, infiel, analfabeto, cornudo, mentiroso, paralítico...Nadie conoce a esos.

El chiste consiste en que las etiquetas, como los cromos cuando eres un crío, pueden intercambiarse de un día para otro. Hay quien de tantas como ha coleccionado pierde su identidad. O quizás todos tengan decenas de identidades y prevalezca una de ellas sobre el resto, pero eso sólo dura un tiempo y los cromos se van deshojando en la superficie.

Capa a capa.

Lo grave no es que la gente no se entienda, es que ni siquiera para dos segundos a intentarlo. Inténtalo y lo que oirán serán graznidos de cuervo. Inténtalo y tu voz sonará como el pitido estridente de los coches en un atasco. Es mucho más fácil clasificar, requiere menos tiempo. Este mundo empezó a irse a la mierda cuando la gente se empezó a juzgar, unos a otros. Todos jueces y jurado con diferentes veredictos. Lo cojonudo es que nunca nos auto culpamos y condenamos. La única verdad es la verdad que quieran venderte. La tiene quien mejor te la venda.

Así actúa la gente.

No puedes estar codificado para el resto. La gente no permite eso. Nunca.


La peor etiqueta que puedes tener es una en blanco.


Nadie conoce la etiqueta del vecino del segundo B. Del ermitaño, del introvertido, del tímido.

O como todo el mundo le llama: del raro


...People are strange, when you´re a stranger...



Tuesday, October 23, 2007

El Señor de la Guerra


Fragmento del testimonio de guerra de Francis J. Fitzgerald (Sargento de Primera de los Marines de los Estados Unidos):



"¿Si me volví loco? Estaba nervioso, sudando, sin aliento. Llevaba una semana borracho y buscando gresca cada vez que salíamos de la base. Había perdido tres dientes y el resto me bailaban medio encajados en las encías. Escupía sangre. Tenía el estomago deshecho y vomitaba todo lo que comía. Jugaba a la carta más alta bebiendo chupitos de gasolina. Qué se jodiesen los petrodólares, qué se jodiese todo el mundo. A veces comprábamos pegamento. Inhalar goma te ayuda a aclarar las ideas, afloja el gatillo de un arma.

Disparaba contra la oscuridad toda la munición en cada guardia esperando acertar a alguno de aquellos hijos de puta. Quería matarlos a todos. Acabar con toda la población irakí en diez kilómetros a la redonda. Quería salir de allí. Volver a casa fuese como fuese. Condecorado o en un ataúd. Somos Marines, somos la Guardia Petroriana de vuestros cómodos culos.

No estaba loco sino cabreado. ¡¡Joder, estaba MUY cabreado!! Quería masticar tierra… ¿loco?..¡Qué coño!…sigo con vida.Y ahora,si vuestra dolida moral os lo permite,poneos en pie y empujad este maldito trasto."










Monday, October 22, 2007

Sin título

A todos los que me habeis dejado muestras de cariño en el mail y a los que teneis ganas de seguir aguantándome (cosa que creí más que improbable).



Gracias.

En breve arrancamos.

Maik,Calma,Malena,Tremendo,el que no se peina,Eritia,J,Pau,Rocanlover,Iralow y todos los/as demás:Nos leemos.