
Frente al espejo del tocador, era donde se encontraba. Un reflejo no siente miedo. La realidad tenía numerosas perspectivas en aquella proyección onírica de si misma. Era terriblemente deseable, terriblemente sexy.
Cientos de proteínas y derivados químicos que no conocía daban aroma de transformación al ambiente. La envolvían como una segunda, tersa y aterciopelada piel. Aquella que renacería de la primera, la escamosa y rugosa. Diferentes botes de cremas hidratantes, exfoliantes, antiarrugas, rejuvenecedoras, nutritivas… Bendito fuese cada uno de los laboratorios que se las suministraba vía hipermercado. En esos sitios no había preguntas, ni te miraban directamente a los ojos. Cada pequeño autómata despeñaba la función para la que había sido programado.
Buenas tardes… su compra asciende a… ¿se lo envuelvo para regalo?... su cambio… gracias por su compra… que tenga buen día…
Era perfecto.
Y frente al espejo del tocador, rodeada de aquel pequeño paraíso artificial, pretenciosa extendía, como sobre la piel de un bebe, aquellos bálsamos que le habrían de llevar a lo atemporal e incorrupto de la carne. Al clímax de la perfección cutánea.
Decidió un azul eléctrico para los ojos, poniendo ambición marina sobre el negro abismo de los filamentos de sus pestañas. ¡Calienta pollas!, pensó para sí con enojo mientras su entrepierna empezaba a palpitar. Un rosa palo evocaría a tiempos de pétalos en su boca poniendo primavera en un otoño avanzado. Rojo fuerte en las uñas postizas evidenciando su tortuosas ganas de rasgar otra piel.
Golfa policromía. Princesa de artificio.
Los más de 4000 euros gastados en interminables sesiones harían que la carísima ropa interior y el vestido de terciopelo color turquesa se deslizasen por su piel sin encontrar resistencia de vello.
Nadie oiría nada. El jaleo del pasacalles le daría el tiempo suficiente para huir. En carnaval cualquiera puede ir vestida de fulana. Así que sintiéndose más que nunca dentro de su auténtica piel, disfrazada de barbaridad…se puso en marcha.
Antes de hacerlo le pondría de rodillas y se la metería en la boca mientras el cañón del revolver descansaba en su nuca. Porque ella no tenía la culpa de nada. No de sentirse mujer. No de sentirse mujer por mucho que un pene le colgase entre las piernas.
10 comments:
¿Y dice que no sabe si llegó a interpretarme?...
Déjeme sacarlo de la duda si es que aún la tiene cosa que dudo, mire que "casualidades":
M-e-e-n-t-e-n-d-i-ó-u-s-t-e-d-a-l-a-p-e-r-f-e-c-c-i-ó-n
Era esto lo que pretendía exactamente, ya sabe a lo que me refiero, combustible de avión, en vehículos terrestres es ilegal pero siempre es bueno tener un amigo a mano que te lo proporcione.
Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacias
y
Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeso
Ufff! Que profundo. Estas lecturas de madrugada de febrero no pueden ser saludables... (Pues anda, que los apuntes de Patología Médica...)
:)
Abrazos!
fuertes imagenes de un carnaval sangriento, saludos!
Excelente!
el texto es todo su esplendor hasta con máscaras y disfraces que como siempre señalan la mejor parte, la escondida.
quedate con el cambio, se disfruto a pleno!
Besossssssss!
Genial gato, en tu linea de dejarnos con la boca abierta.
Besos
Fuerte, intenso, inesperado.
Gran relato, un abrazo!!
Gato querido, que bien llevas eso de resolver tus relatos de manera sorpresiva...mantienes la atención, el interés del lector que,mientras avanza,va figurándose otros motivos y cauces quizás más obvios (que no son los que tú tienes en mente)y,¡zas!, la lluvia fresca de tu final.
¡Muy buena historia, me gustó mucho!.
Ya acaban mis vacaciones y con ellas viajes y ausencias.
Un abrazo de regreso.
Eritia
Eritia tiene mucha razón, la magia de un buen escritor es sorprender a sus lectores y tu lo haces
Reina:Je! ;)
Silvia:Gracias por la visita y el comentario.Bienvenida al blog.
Eritia:Mi mente es que está así de loca ;)
A todos/as:Encantado de que os haya gustado el relato.Beeeeeeeeeeeeeesos
y abraaazosss!!!
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