Tuesday, October 24, 2006

Sucesos

Resumiendo.

No tenía pensado darles a conocer los momentos de desasosiego que me han asaltado de un tiempo a esta parte, ya les dejé caer que no eran nada más que las vicisitudes que le pueden pasar a cualquiera. Ahora que queda relativamente lejos, pienso fríamente en todo lo que pasó y considero que no es digno de mencionar aquí. Sin embargo, y a raíz del "pide y se te dará" -me refiero a los comentarios de una de las entradas anteriores, en la que preguntaban-, ahí va uno de ellos, y si les suena a cuento están en lo cierto, porque al final ya les dejo yo la conclusión.

Llevo meses haciendo caso de la premisa “el deporte es salud” y como San Basket me prohibió en mi época de instituto ejercitar cualquier deporte intensivo –casi “cualquiera” vaaaale- mediante una lesión de rodilla, he de conformarme con recorrer largos kilómetros caminando lo más deprisa que me dan las piernas.

Lo hago en una zona destinada a tal fin en la ciudad.Esas llamadas vías verdes con carril asfaltado para cicloturistas y otro destinado al resto de gente. No me queda lejos. Salir de casa, cruzar un parque de dimensiones aceptables para una ciudad como ésta, diez minutos más andando y llego a la zona en cuestión.

¿Vale? Sigo.

Como en todos sitios cuecen habas, aquí también hay malas hierbas y a mi me toco la lotería una de esas tardes en las que regresaba a casa mientras cruzaba dicho parque. Puedo prometer y prometo que no jugaba ni un solo número y he aquí que me toco el gordo, aunque sé que no he sido el primero ni el último en contar con la “agradable compañía” de los fulanos que me cortaron el paso.

Soy de la opinión de que la valentía hay que dejarla para momentos particulares, así que lo primero que pensé cuando empezaron a darme empujones pidiéndome dinero para unas cervezas fue: “Amigo, el cementerio está lleno de valientes bocazas”; y aguanté el temporal. Eran cuatro al principio –los más pequeños, que debían tener unos diecisiete o dieciocho años- y dos más – mayores que el resto- que se les unieron al final.

La escena:

Mientras que, con más parquedad que otra cosa, me proferían insultos para amedrentarme -a mayor gloria de su diversión-, yo con sangre fría comprendía mi posición de seguro perdedor de la partida, por lo que sin levantar un ápice la voz les rogaba que me cedieran el paso. Tiras y aflojas continuos hasta que uno de ellos me agarró del brazo. No fue algo premeditado el intentar zafarme de él, puro instinto, pero a veces el instinto es una putada. Tanto que llegaron los dos mayores en edad y más peligrosos; y antes de poder salir a correr ya tenía a uno de ellos maniatándome por detrás.

¿Y el otro?

El otro fue el que me golpeó debajo de las costillas con fuerza para después levantarme la cabeza y ponerme un pincho en los labios.

“Eres un mierda y como te vuelva a ver por aquí, te rajo la boca con esto”

Nunca había pensado que sentiría el frió de una navaja en la piel, ni que pudiese temer por mi vida si a un loco de este calibre se le va más de la cuenta la mano. Y lo tuve, reconozco que estaba muerto de miedo. Sentir el plateado de la navaja en la boca y escuchar aquellas palabras…es cierto eso de que en momentos en los que te estás jugando el pellejo bastan unos segundos para que salga a la superficie lo que a la postre es lo importante.

¿Y?

Pues ni MÁS ni MENOS que eso. Quiero decir que buscaban gresca y que el altercado acabó así, con un moratón en mi cuerpo que ha estado tomando diversos tipos de color hasta desaparecer. Conmigo dándole las gracias a quien corresponda porque a mis “amigos” no se les fuera la mano y me “dejasen ir” después de utilizarme como saco de boxeo.

Lo que más me jode es que cada vez que tenga que pasar por allí voy a sentir de nuevo la sensación en los labios de aquel frió gris. Aunque eso no es lo importante, cosas de este loco que escribe. Me quedo con el susto, me quedo con la vivencia, me quedo con lo aprendido, me quedo con todo, pero sobre todo me quedo con el sentimiento y pensamiento que tuve al llegar a casa con la cara blanca y respirando por no estar en un hospital con la boca desfigurada o el estómago abierto o ve a saber qué: ella estaba conmigo y sólo pensaba en protegerla de esto y seguir como cada día. Con ganas de darle todo.


Y eso, en los tiempos que corren, pues eso, ya sabes…


PD. A mis captores, ya sé que no leeréis esto –aunque lo tuvieseis frente a la cara no sabríais- sin embargo: Gracias por quitarme unos años de encima y abrirme los ojos, valientes hijos de puta.

11 comments:

La puta que no te parió said...

Vaya momento y suerte para la desgracia ya que de gracia esta historia no tiene ápice alguno.
Para ser lo que fué ha salido del todo bien, sin ir más lejos un ella en estos casos suele ser blanco de las pocas humanidades que ostentan estas gentes.
Estas circunstancias nunca terminaré de comprederlas, supongo que por lo poco que me comprendo a mi misma al verlas o escucharlas (léase leerlas).
Sin haberlas padecido a esos niveles de violencia física, que en un asalto he estado y con arma de fuego y disparo incluído.
No puedo evitar sentir más pena por los victimarios que por las víctimas, cuando salen sin mayores daños obvio.
No sé porque funciono así, de verdad que no lo sé, no es altruísmo ni ninguna zarandaja de esas que no cuajan conmigo, pero automáticamente imagino sus vidas vacías de sentimientos plenos, llenas de violencia y fuerza bruta, en lugares hostiles e indignos, creciendo sin amparo alguno, conviertiéndose en animales mal domesticados.
Ellos no deben conocer una amistad verdadera, un poema, un libro, un rapto creativo, una canción que hace entraña, un ella como tu ella a quien proteger y que cure sus heridas.
Tal vez sea eso lo que instintivamente buscan robar pero no pueden re-conocerlo porque la palabra bien re-marca que para ello debieron conocerlo primero.
Todo está tan mal repartido que dificilmente tenga arreglo, dicen que la esperanza es lo último que se pierde ¿Será que la perdimos primero? en tal caso ¿La podremos recuperar?.
En fin!, perdona si me preocupan más ellos que tú pero eso es un buen síntoma para con tu persona.
Beeeeeeeeeeso

MaLena Ezcurra said...

En Argentina, en especial en Buenos Aires, esos hechos son cotidianos.
Horriblemente cotidianos.

No coincido con Bio, hay muchos que convivieron en la nada absoluta, desde sus primeros años y por eso no salen por ahi a mutilar gente (no hablo de un corte).

Rescato a los cartoneros que van con su carro rudimentario vereda por vereda juntando desechos.

Y a pesar de eso, han formado un grupo, que recicla el papel para editar poemas que ellos mismos han escrito, casi sin saber.

Se agrupan en un lugarcito de cuatro x cuatro en el Barrio del Abasto.

A vos un abrazo de los de siempre, hoy un poco mas fuerte.

Veni acercate.

Anonymous said...

Siento mucho lo que te ha pasado, gracias por compartirlo con nosotros... no tengo unos días muy buenos... en otra ocasión seré más yo, más calma...

iketius@hotmail.com said...

Hola!
Bueno, lo primero que quiero decirte es que siento mucho lo sucedido y espero que te encuentres ahora más o menos bien... Los blogs deberían existir para publicar y leer cosas agradables... qué lamentable que sucedan cosas así :-(
Y también quiero comentarte que encontré tu blog hace unos días y me he tomado la libertad de enlazarte. Espero que no te haya molestado. Si es así, por favor, escríbeme o házmelo saber.
Cuídate. Un beso y hasta pronto,
Txio

Anonymous said...

Alunizado querido! Que horror lo que contás!
Ya sabemos que la gente vive paranoica por esto por aquello y por nada en especial, pero hasta cuándo! La violencia se ha transformado en una actitud cotidiana insostenible, no existen fundamentos para justificarla dado que viene traída de los pelos.
Hace un tiempo tuve el desagrado de vivir una situación parecida a la tuya desde el lado de tu mujer, un poco diferente el caso, pero sentí el límite que puede cambiar la vida de un rato al otro. El recuerdo me trae, paradójicamente, violencia, ganas de matar a esos hijos de puta que no te dejan caminar, trabajar o dormir tranquilo. No tengo intenciones de cumplir esta violencia, pero quien sabe, un día me levanto y arremeto contra todos los cabrones hijos de puta que tengo en la lista de la decepción. Seguramente me condenará la justicia.

Un abrazo fuerte!

eggy said...

Me ha tocadovivir eso, y mierda que es jodido. No me dieron golpes por suerte, pero la verdad que tener enfrente a un nene de 14 años (mas secuaces) apuntandote con un arma y temblandole la mano más que fuera yo quien la portara es para cagarse en las patas. Lo mejor es callarse la boca, hacer lo que quieren y que pase con el menor daño posible, que nuestra vida sigue, y la de ellos también, esa es nuestra mejor "venganza".
Un hijo de puta es un hijo de puta tanto arriba como abajo en las escalas sociales. Quien no puede contener esa semillita de maldad que todos tenemos te mata por dos pesos o te invade un país.
A la mierda, me enojé.
Abrazos!! ( yo te los doy despacio, porque entre los moretones y el de Malena ya no debés sentir el cuerpo, jajaja).
uy, se me pasó el mal humor :)

eggy said...

"...temblandole la mano mas que SI fuera yo quien la portara..."
Ahora sí, estos dedos, estos dedos...

La puta que no te parió said...

NO, NO Y NO!! Me niego rotundamnte a aceptar que la violencia engendre violencia, HAY QUE CORTAR LA CADENA POR LO SANO.
Malena: Creéme que sé muy bien esto que dices, claro que elijo esa gente que recicla su propia basura y no hablo de cirujear basura material, si no de reciclar esa basura sentimental que se te mete en el cuerpo con el desamor en edades tempranas.
¿Pero sabés porque me preocupan menos que los otros?
Por la sencilla razón de que están mejor, encontraron ese fueguito del amor a pesar de todo y quien encuentra eso está salvado de la mitad del dolor de estar vivos en un mundo de injusticia a manos llenas.

SE PUEDE Y SOY TESTIGO CALIFICADO EN LA MATERIA, en este punto ni me importa dar explicaciones ni discutir si mi autoproclamación es verdadera porque LO ES y punto.
Pero no todos podemos o tenemos armas con las que reorganizar nuestras carencias y la solución no está en llamarles hijos de puta y condenarles así a la perdición más absoluta.
NADA ESTÁ TAN PERDIDO COMO PARECE.
¿Si gente como nosotros que parecemos tener ese don de la sensibilidad que el arte pone apenas en manifisto?
¿Si corazones como los nuestros que pueden vibrar con una nota musical, una imagen, una poesía?
¿Si nos revolcamos de dolor ante el desamor cuando vemos un niño en áfrica, en la india, a la vuelta de nuestras casas tratando de masticar un pan duro?
¿Si no poedmos ver en esta gente que la violencia no nace de otro lugar que una falencia que es la misma que produce cartoneros, desnutrición en un mundo donde se pudren toneladas de comida por día?
¿Que queda esperar?
¿Para que seguir con un mundo enfermo terminal?
¿Creen que un servicio penitenciario lo arregla?
¿No ven que no solo no lo hace si no que es más de lo mismo?
¿No se dan cuaenta que cuando dicen hijos de puta solo están pagando con la misma moneda?
Ellos tienen sus excusas...
¿Ustedes las tienen para responder con violencia a la violencia?
NO, NO Y NO...
Alguna vez fueron niños mirando el mundo llenos de expectativas igual que todos, alguna vez vieron por primera vez que aquello que amaban tanto, que necesitaban tanto, los lastimaba sin piedad y aprendieron, mal, muy mal pero solo aprendieron aquello que le enseñaron, ¿Tienen la culpa de no tener la inteligencia necesaria para discernir el bien del mal?, contesten desde lo más profundo del corazón, no usen sus cabezas, imagínenlos con dos o tres años llorando por una mamá que no los lastima, ¿La tienen?...
No vuelvan a usar el término hijos de puta, yo en lo personal le beso los pies a la PUTAS antes que llamarles señoras a las mujeres de la alta sociedad que abren las piernas donde no sienten nada tres veces por semana con tal de obtener el dinero que pague por sus niñeras con cama para no abrazar a sus hijos cuando lloran de madrugada...
Arriba y abajo no hay mucha diferencia, los extremos se tocan, esos bebés no nos roban con navaja, nos cagan la vida todos los días y es legal...
Y ya me callo porque en estos días estoy hipersensible no sé porque carajo y soy capaz de habral tres noches y tres días hasta obtener un SI, pero eso nunca sucede, nunca sucede...
Besos

La puta que no te parió said...

Por cierto: A quienes no hayan visto la película "Ciudad de dios", es un buen momento para hacerlo, a quienes si, para recordarla o volverla a ver antes de condenar, aunque más no sea verbalmente, condena al fin!

Maik Pimienta said...

Después reinserción, terapia y gasto social en todos ellos para que no vayan matando a diestro y siniestro por ahí debido a que crean que tienen el derecho a hacerlo porque todo el mundo está en su contra.

Pero antes los colgaba de los huevos y los reventaba a puñetazos. ¿Cómo que no violencia? Será no violencia si tú me respetas, sino no me quedaré quieto viendo como me pisoteas, no aguantaré eso.

Tu actitud fue la más inteligente, y después de llegar a casa y que se te vaya la cara de gilipollas se te quitan todas las ganas de ensartarlos por el culo. Eres un tipo pacífico y, según la iglesia, heredaremos la tierra -por los cojones-.

Un abrazo gato y no pases por ahí a deshora.

Alunizado said...

A todos gracias,por las muestras de afecto y por dejaros caer por aquí.Y sobre todo gracias por vuestros -cada uno- valiosísimos comentarios.Es un gustazo leer vuestras opiniones.

Contestaré,pero no ahora.