Furia Paranoica: Cambio de táctica y un sms que nunca llegó.(Ficción)

Siguiendo con el tema.

-Hoy hay mojo, sí o sí.

***

Y claro, ante tal alarde de intenciones en boca de J la cosa prometía. Le había hablado de Maik, del blog, de la entrada en cuestión y de la cuestión de que donde ellos acabaron mojando churros, nosotros también los mojaríamos. Ya saben, jejeje je je je …¿je?

Sí, je. Y un mojón.

De punta en blanco. Nada de vaqueros, camiseta y las converse. Los Dockers de mi hermano, camisa de esas “apañás” y los zapatos relucientes con el empeño propio del que espera quitárselos y tener sobre su buen gusto un gran tema de conversación post coital. Un figurín, vaya.

-Pero tío, ¿dónde coño vas así? ¿Qué piensas ponerte cuando vayas de boda?

-¿Qué donde voy pedazo de mamón? Quedamos en…

-Coño, a ti no mandé el mensaje esta tarde ¿verdad?

-Verdad.

A esas tempranas horas de la noche las venas de mi cuello estaban empezando a adquirir un grosor considerable.

-Pues verás, ha habido un cambio de planes. Al final vamos a la fiesta del campus. Ya sabes, esas nenitas efervescentes, ese calorcito, esos botellones que tuercen voluntades…- dice lleno de entusiasmo, vestido para la ocasión, claro.

-Ese sitio lleno de tierra y polvo. Ese lugar donde todo el mundo acaba sentado en el suelo. Esas edades en las que un piercing se las lleva de calle… - le digo yo al muy malandrín.

-Oye, que tampoco estás tan mal.

-No, que va. Si para ser un padre que va a indagar sobre quien le mete mano a la descarriada de su hija estoy de puta madre.

-Debería haberte mandado el mensaje.

-Deberías haberlo hecho.

-Bueno, no sé, un tío con clase…

-Mira déjalo. Bien está.

(¿Bien está? Otro mojón.)

***

-Tu amigo es un poco pijo ¿no? (ellas)

-Traed un taburete para éste ja-ja-ja (ellos)

-Tú del calimotxo pasas ¿verdad? (ellos)

-Si eso luego vamos a un sitio de los tuyos (ellas)

-Me dejas cinco euros para unas litronas, venga que tú tienes que gastar… (ellos)

-¿Cuántos años tienes? ¿Estás en la uni? ¿Sí? Pareces mayor (ellas)

-Tío, vaya un señor estás hecho (ellos)

-Ni caso, cada uno tiene su estilo (ellos quitándose de en medio un adversario, ellas “no te vas a comer un colín”)

-Oye, que me voy a dar una vuelta con Raquel (J con mirada de “sé que te vengarás”) si eso te busco luego (J con mirada de “se que te vengarás”, pero no te pienso buscar”)

-Chicos, chicas, creo que me voy a casa (Yo. Iros todos a mamarla. J, sí que me vengaré. No recuerdo que excusa puse pero me marché con todo el glamour que requería la situación, eso sí)

***

Huelga decir que era el más elegante, el mejor vestido, con más clase, el más conjuntado, el más estiloso, el que tenía mejor gusto. Y también el único con 0 POINTS, en la escala del morbo que, por lo visto, inspiraba esa noche el tío desaliñado (con premeditación), con greñas descuidadas (al estilo Loreal) y anillitos y tattoos tribales (de los que lleva todo el mundo).

Está visto, para cambiar de estrategia lo primero es pensárselo dos veces. Lo segundo, que un pedazo de mamón se acuerde de mandarte un sms (que se dice).

J, un beso. J, me vengaré.