Friday, May 26, 2006

¿Quién quiere ser Batman?


Ayer alquilé en el video club Batman Begins (y la vi, claro). Tras pensar en la farándula de superhéroes que conozco, quizá el hombre murciélago sea mi favorito. Pero claro, luego, pobre de mi, me dio “un aire” que me levantó un dolor de cabeza tan insufrible como ¿la actuación? de la señora del Cienciólogo más dicharachero de Barrio Sésamo en el film citado; digo que me dio por pensar.

Quiero ser multi millonario (no entro a valorar el coche porque me parece poco práctico en una ciudad como la suya y nunca se me ha dado bien aparcar, que quieren que les diga), tener una mansión que ni la Thyssen (aún no sé cómo Alfred no reparte mapas en la entrada a los invitados para casos de necesidades urinarias insostenible. Amén de los millones de rayas que sus amigos y enemigos de la alta sociedad gustan de esnifar, si no: de qué esa megasonrisa Profiden del Joker), y qué decir de las armas-artilugios-cacharros con los que cuenta para doblegar la hostilidad de los villanos, impresionantes.

Quiero ser Batman.

Enfrentarme a mil y un enemigos con unos trastornos mentales de no te menees, en una ciudad decadente hasta alcanzar mil tonalidades diferentes de gris, corrompida desde sus cimientos. Ver en el cielo la llamada angustiada de la policía en forma de murciélago. Acudir a ella, gallardo, y salir victorioso.

Quiero ser Batman.

Pero, ah, ¿teniendo que llevar puesto un traje tan rígido en la “zona” ante conciudadanas de la talla de Kim Basinguer, Michelle Pfeiffer y/o Uma Thurman?

(No meto aquí a la Cruise por no despertar en este servidor sino la más absoluta indiferencia ¿cómo se puede ser tan..tan…tan…nada?)

¿Con esas miradas de femme fatale clavándoseme en el alma y yo, cual eunuco, reprimiendo las ganas de mandar al carajo mi mascarada y darme a tan lúbricos placeres?

¿Necesitando más de media hora para despojarme de mi vestimenta arriesgándome a matar con ello la lívido de mis ilustres vecinas?

Cuánto penar.

La película me resultó infumable aunque, en realidad, solo salvo las dos primeras; puede que por Burton, Nicholson, de Vito, Walken y las féminas antes citadas; hablo de sus actuaciones ¡so erotómanos!

En ésta última la intención es que el momento orgiástico sea la creación/puesta en escena del traje. Y yo digo que, sin duda, el traje, es lo peor que tiene el héroe. Piensen, piensen en lo que les he dicho.

¿Quieren ser Batman?

Yo creo que ya no.

3 comments:

Juan Enrique Vicuña said...

Es cierto la película no es para el oscar, pero de todas las del tema, a mí me ha parecido la mejor. ¿Qué tal una de Superman?. Saludos.

Alunizado said...

Nos debatiamos entre Batman y Superman,la verdad.Porque miga hay para los dos. Se tratará el tema en la junta directiva para una próxima entrega ;)

Un saludo, gracias por pasarte por aquí y por dejar el comentario.

Anonymous said...

Como fanatico de batman, te puedo dar catedra de que ser batman,no significa el tener dinero para artilugios, ni es el traje,
sino el idealismo, der ser frio ante tus temores, el tener conciencia social y decidir hacer la diferencia, ser simplemente mas inteligente q los demas, por eso bruno diaz, dedico su juventud en estudios y entrenamiento, algunos preguntan y los superpoderes. pues la verdad gran fuerza o habilidades increibles solo te hacen destruir las armas y monstruos pero al villano no, por q no lo atacas con ese poder increible, en cambio con la mente, tu haces jaque mate en tu enemigo.
q es lo q logra batman.