Tuesday, November 28, 2006

Tiempos modernos

La leche es blanca, el queso fresco es blanco, la escayola del techo es blanca, los osos polares son blancos, la nieve es blanca (por eso los osos polares son blancos ¿Qué no?)…pero, el blanco de la cara de Dr. Black, psiquiatra desde hace más de veinticinco años, en el día de hoy, le da un nuevo matiz a este color. ¿Quién piensa cuando está tomando tostadas antes de empezar a ejercer que va a tener un paciente así? Escuchen, escuchen y háganse una idea…

-Pero ¿cómo voy a darle la baja?

-Usted verá, yo no puedo más.

-A ver, a ver, que esto me supera. Me está diciendo que quiere la baja por…

-Depresión.

-Por depresión.

-Estoy hasta el cráneo, y ya me perdonará usted.

-Hasta el cráneo, ya.

Black saca de su bolsillo un pañuelo de seda y se seca el abundante sudor que le chorrea por la frente. Si el paciente que tiene tumbado en el diván tuviese rostro, el psiquiatra tendría la vista clavada con incredulidad en su rostro. Pero donde busca pómulos hay hueso. Donde busca ojos hay dos cuencas vacías. No hay labios, ni orejas, ni pelo, ni por supuesto arrugas. Por no haber no hay ni expresión facial, sino una boca que castañea con cada palabra. Una voz gutural y cansada, muy cansada. Si no fuera la Muerte quien le está hablando le daría la baja simplemente por el tono hastiado de su voz. Vuelve a guardar el pañuelo en el bolsillo transformado por el sudor en una gigantesca bolsita de te. Los dos agujeros que la muerte tiene sobre y a ambos lados de la nariz miran al Dr.

-Reconozco que quitando las primeras eras, donde más que segar vidas las despegaba del suelo a duras penas…a todo esto ¿sabía que el ochenta por ciento de las defunciones al principio de los tiempos podrían haberse evitado si sus predecesores no hubiesen tenido la manía de meter la nariz bajo las pezuñas de los…los…esos elefantes peludos, hombre…?

-¿Mamuts?

-Exacto. Déme la baja por alzheimer también, a todo esto. Pues eso. Especie tonta la suya. Va, que me distraigo. Decía que quitando esos primeros momentos, la verdad es que le cogí el gustillo pronto a esto. Pero ¡Calaveras! Se están poniendo de un insoportable de un tiempo a esta parte que ni le cuento. Está usted pálido, oiga.

-Oh, se me pasará enseguida. En cuanto me de un ataque al corazón…digo…a ver ¿Cuándo empezó a sentirse así?

-Pueeeees, la última vez que disfruté fue con la Revolución Francesa ¡Ank, ank, ank! (cómo esperan que se ría la muerte). Se lo juro, yo encima de la guillotina descojonada de risa. ¡Qué invento, muñones! Me lo daban todo hecho, y encima con ese toque tan chic de los franceses, ya sabe. Que anda que no son ustedes los americanos burros, perdone que se lo diga ¿sabe lo que es levantar un espíritu después de estar sentado en la silla eléctrica?

-¿Hace falta que responda? Necesito un vaso de agua o un tranquilizante o…o…

-Beba, beba, no se corte. ¡Pues es horrible! Si tuvieran que estar cargando con ese tufo hasta el abismo se lo pensarían dos veces.

-Bueno, no sé, siempre he estado en contra. ¡Pero que estoy diciendo… y por dios no me mire así!

-¡¿Así cómo?!

-Déjelo, no es culpa suya, lo siento, mil perdones, no se me excite por favor. Bueno, también tiene sus cosas buenas ser la…esto es imposible…quiero decir que cuenta usted con fama en todo el mundo.

-Sí, no vea. Están invitándome a tomar café cada dos por tres.

-No me refería a eso. Píenselo, le han dedicado títulos de canciones, de películas, le tienen pavor en todo el planeta, hay quien en ciertas fechas se disfraza de usted.

-Lo reconozco. La fama es muy golosa, pero te sientes incomprendida. Yo más de una vez me conformaría con que los domingos me invitasen a un buen asado con patatas.

-Mujer, es que tiene unas cosas…perdón, perdón. No se me venga abajo. Bueno, veamos, dígame qué le gustaría cambiar.

-Para empezar el nombre, que no me acaba de convencer, yo que sé.

-Ah…¿Y ha pensado alguno?

-Adolfa, Benita…ahora mismo no sabría decirle.

-Madre mía, mira que me lo temía…Con calma, tampoco es algo esencial. Céntrese en el meollo del asunto.

-Pues que no me habitúo a estos tiempos modernos. Antes era mucho más fácil, llegaba la hora fatal, cogía mi guadaña, me presentaba en el sitio en cuestión y ¡ZAS¡

-Joder, qué susto ¿no podría gesticular menos?

-Mea culpa. Me contendré. Quería decir que antes daba gusto. A veces charlaba con las almas de los muertos hasta la mismita puerta del olvido.

-Comprendo ¿y ahora?

-¿Ahora? ¿Le cuento la última?

-O váyase si quiere, no importa. Tengo muy poca educación, déjeme con la palabra en la boca, no me molestaré…

-Calle un poco ¡por todos los psicópatas!

-…

-Escuche: Varón, 55 años, raza blanca, divorciado y con dos hijos, empresario, en la quiebra…al grano, infarto de miocardio. Todo perfecto ¿no? Pues NO. El tipo va y me dice que sí, que sí, que espere un poco y me atiende. Y yo: Oiga que la muerte no puede esperar, que la hora es la hora. Y él empieza a gritarme que si sé por lo que está pasando, que tiene que aguantar muchísimo estrés, que necesita acabar esa llamada que está haciendo.

-Y usted…

-Descolocada, atónita, de mal humor, y nada que me senté en un banco a que el buen hombre colgase el dichoso aparato. Media hora, Dr, media hora afilando la guadaña mientras miraba a los patos nadar. Y cuando por fin cuelga y se acerca me dice que vende pólizas de seguros, que podíamos hacer negocio, que no nos pillaran los inspectores…

-Comprenderá que no de crédito y que me esté volviendo demente ¿no? Ji ji ji ji…jo jo jo

-Pues no. ¿Por?

-Ehem. Cosas mías, siga, siga doña segadora de almas…

La muerte sigue contándole todo sin percatarse de que el Dr se ha levantado y puesto un cucurucho de papel en la cabeza.

-Pues como eso, cientos de cosas. Están todos locos ¿lo sabía?...

-Síiiiiiiiii….glup glup glup…

-Aunque quizá sea culpa mía. Toda la eternidad con esta pinta…lo mismo si me pongo algo más moderno, o me compro un portátil. No, ya sé, monto un gabinete, me cojo unas vacaciones, treinta dias al año para irme al campo a pescar o lo que sea. Estaría bien, sí. Relax. Que no puedo seguir así.

-Y cambiar la guadaña por una pistola, es más rápido ¡no lo olvideeeee! Beeeeeee, beeeee, beeeee…- se oye gritar a Black desde el otro lado del despacho.

-Tiene razón, voy a intentarlo. ¡Por todos los actos atroces! Desde hoy, juro que nunca más volveré a pasar agobios. ¿Sabe, estoy mejor? Gracias por escucharme.

-No se preocupe querida, es la soledad y eso de no poder contarle sus problemas a nadie.

-Cuánta razón lleva. Y pensar que he estado a punto de crear un caos global. Mire, Dr, esto tenemos que repetirlo la semana que viene, que me hace mucho bien.

-Lo que quiera, faltaría más. Llame a mi mula y concrete cita que yo la espero en mi castillo de arena.

-Muy bien, pues ya está, entonces. ¡Qué tarde es! Me voy, que tengo un par de sitios pendientes. Hasta la semana que viene…o…espere…me da que no va a estar usted disponible. Veamos, Dr Black, psiquiatra, eso es, aquí está. Quiero decir que hasta la noche…no se preocupe por la escalera, la cambiaran por una que resbale menos. Lo dicho, hasta la noche a eso de las diez y media.

-Adiós, guapetona.

Thursday, November 23, 2006

Volver (Ficción VII)

Martes, 21 de agosto de 2006

Hora 09: 23. (Suena el despertador)


Acabo de despertar y no consigo abrir los ojos. Llevo unos cinco minutos intentándolo y no lo consigo. Además tengo una jaqueca inmensa. Me duele tanto la frente que no consigo escuchar los latidos del corazón, no los siento dentro del pecho, no puedo concentrarme en nada más ahora mismo que en las terribles punzadas que van de mi nuca al espacio despejado de pelo que hay entre mis cejas. Me va a estallar, me late cada una de las venas de la cabeza. Mi corazón decidió salir de viaje sin mi permiso mientras dormía. Debe tratarse de eso. Salió de su espacio habitual hasta hacer stop dentro de la cavidad craneal. Me late la cabeza y… me late el pene. Estoy empalmadísimo. Tengo la polla tan erecta que podría izar sobre ella el estandarte legionario mientras diez pelotones me la juran a paso militar sin perder un ápice de rectitud. ¿Por qué estoy así?

Trato de recordar.

Nada.

Me lo tomo con calma mientras procuro cambiar de postura. Tengo los brazos agarrotados y me pesan las piernas un quintal. Estoy hecho una auténtica mierda y no tengo ni la más remota idea del por qué. Voy a darme otros cinco minutos antes de levantarme e ir al baño. Muevo los pies hacia atrás. Toco unas piernas. ¡Joder, joder, jodeeer! Hay una tía en mi cama. Pego un respingo y separo los pies de su cuerpo con espasmo y espanto. No recuerdo nada. ¡La hostia! No recuerdo una puta mierda. No me muevo en unos minutos esperando haberla despertado, esperando que se levante, se vista y se vaya a tomar por culo. A todo esto ¿Le di por el culo anoche? Ni idea. Nada. Soy pura incongruencia e ignorancia. De lo único que me convenzo es de lo mayúscula que tuvo que ser la noche pasada. No sé en que sentido, pero así debió ser.

Entra el sol por la ventana, hace calor. Empiezo a olisquear algo. Es la cama. Aspiro más fuerte y me mareo. Un asqueroso hedor fétido se va apoderando de la atmósfera del cuarto. Noto mis muslos empapados de un líquido viscoso que empieza a resecarse. ¿Pero qué coño? Me muero de vergüenza con todo lo que se me viene a la cabeza. Lo primero es si vomité. Si lo hice debió ser al quedarnos dormidos, pero eso da igual. Por dios qué no haya vomitado. Tengo el estómago a pleno centrifugado. Conforme me desperezo voy descubriendo con horror los posos de mi descontrol. No puedo beber ni tomar comidas pesadas, me lo tienen prohibido. “Si te pasas atente a las consecuencias, tu estómago no es una caldera a prueba de fuego. Recuerda la ley del cubo”- me decía Mikel. Pienso en su ley del cubo.

Un cubo, como todo continente, tiene una cierta capacidad que no puede ser sobrepasada. Si llenas el cubo hasta cierto límite de líquido no puedes depositar dentro una piedra o el líquido tendrá que ser evacuado.¿Entiendes?

A modo de ejemplo, si te tomas diez copas una noche no te comas una hamburguesa con doble de queso después. Líquido, sólido o ambos saldrán de tu cuerpo sin remisión. Lo pienso y las posibilidades son infinitas. Creo que vomitar no es lo peor que podría haber pasado. Las vías de escape del cuerpo humano no se reducen sólo a la boca.

¡No quiero ni pensarlo!

Un retortijón hace que me convulsione y tenga ganas de vomitar. Tengo que levantarme ahora mismo, YA. Aparto las sábanas, el frió del suelo al apoyar los pies me espabilará. Está caliente, está mojado. He pisado un charco de…algo. La he armado tremenda. No quiero ni abrir los ojos. Me maldigo cien veces y a tientas consigo incorporarme. Voy descalzo, ciego, mareado, entumecido, dolorido, a punto de desfallecer hasta el baño usando de apoyo la pared. Dejando en cada baldosa huellas líquidas. Por fin estoy dentro y cierro la puerta intentando que no emita ningún sonido. Es ahora cuando quiero que no se despierte nunca. No hasta que esté preparado para el millón de insultos y golpes que me va a dar. Sea quien sea:

¡Hijo de la gran puta! Voy a matarte. Cerdo, cabronazo de mierda. ¡¿Qué has hecho conmigo?! Voy a mi casa y volveré para darte una paliza. Voy a hundirte la cara en tu propia mierda, hijo de perra. No vas a poder salir de nuevo a la calle. Te voy a hundir en la miseria…

Quiero me trague la tierra, no, quiero desaparecer para siempre. Quiero no haber existido nunca. Agua, agua, necesito echarme agua en la cara. Pensaré mejor. Recogeré todo lo que pueda y qué coño, puede que haya sido ella, es más, puedo convencerla de que ha sido ella y no volver a vernos nunca. Nos gritaremos, nos pelearemos. En realidad si que soy todo lo que me llamará sólo por pensar esto. Estoy sudando, sudo como nunca antes lo había hecho. Necesito mojarme la cara. Abro el grifo de agua fría y me mojo las manos, dejo que me chorree a gusto antes de llevármelas a la cara,restregar con fuerza y secarme con la toalla.

Ábrelos, ábrelos, ábrelos…- pienso con fuerza.

Me asusto al verme pálido como la parca, tengo unas ojeras del quince, la lengua como papel de lija y las manos…

…todo pasa a cámara lenta. La toalla cae al suelo a cámara lenta, como plomo. Mis brazos van hacia delante a cámara lenta. Mis manos asían el pomo de la puerta a cámara lenta. Todo está desenfocado. Estoy abandonando mi cuerpo. Entro de nuevo a la habitación. Me muevo torpemente, mis pies se arrastran. Las lágrimas heladas del más puro miedo me caen por las mejillas. Todo a cámara lenta.No quiero que se despierte nunca,no va a despertarse nunca.

La discoteca, las copas, la caza, su cuerpo, mi cuerpo. Hablamos, reímos, bebimos, volvimos a beber, nos fuimos a casa, follamos. Gritos, golpes, clemencia, horror… No he vomitado, no me he meado en la cama. Es todo mucho peor. No tengo resaca, ni mi estomago quebró la ley del cubo. Recuerdo todo.

La sangre, su sangre en mis manos, en mi pecho. He dormido en un lecho de sangre. Hasta el abrecartas que tiene hundido en el pecho me es vívido en la memoria. Lo recuerdo todo, no recuerdo nada. Me estoy muriendo en vida. Sólo veo sangre. Sangre.

¡Por dios, un cuerpo no puede guardar tanta sangre!

Mikel no me volverá a dar permiso, no más salidas, no más “estoy preparado”. Me pasaré la vida preso. Me joderan de lo lindo o lo que es peor: viviré en la puta celda acolchada toda la vida. Me reventaran el cerebro. Anularan mi voluntad. Tengo que salir de aquí, no pienso volver allí dentro, no pienso volver a ponerme la camisa. Mierda de pastillas, mierda de pastillas. ¿Dónde coño dejé la mierda de pastillas?


Martes, 21 de agosto de 2006

Hora 09: 38. (Suena el despertador)



Acabo de despertar y no consigo abrir los ojos. Llevo unos cinco minutos intentándolo y no lo consigo. Además tengo una jaqueca inmensa.

-Oye tío, me estás asustando. ¿Te pasa algo?

-¿Qué…? ¿Quién…?

-Laura, ¿recuerdas? Menudo despertar el tuyo. Hemos pasado la noche juntos. Es hora de levantarse, ha sonado dos veces el despertador.Me tengo que ir a trabajar.

-Me va a reventar la cabeza.

-Te dije que no bebieras tanto. Vaya miradita me estás echando ¿Pasa algo? No soy un fantasma,reacciona,que tengo que vestirme, cielo.

-Necesito una ducha.

- Y que lo digas, no has parado de sudar en toda la noche. ¿Un mal sueño?

-Oye, ¿has visto un botecito de pastillas por ahí? Debería tomar alguna. Estoy en tratamiento.

-No, que recuerde, las habrás perdido por ahí. Tengo paracetamol en el bolso. ¿Te acerco dónde te las recetan?

-No gracias, déjalo.

-Como quieras. Esta noche salgo a las nueve. ¿Repetimos?

-Sí, claro. Precioso abrecartas.

-Un regalo. ¿A las nueve?

-A las nueve.


No pienso volver allí dentro,pase lo que pase.

Monday, November 20, 2006

Desde el jergón


Creo recordar que es hoy, si no lo es no importa porque ¿sabes, Reina? Hoy me apetece hacerte llegar ese abrazo de esta forma. Aquí lo tienes, por andar cerquita y ser de las primeras. Felicidad infinita por guardar tanto dentro de ti y por los que queden. ¡Salud, hermana!

No habrá más luna llena

No la veremos más

Nos deja a ciegas

Y se va

No esperes que vuelva

No volverá

Ya es luna nueva

Ahora que no la ves

Sin más problemas te la crees

Creerás lo que puedas

Acuérdate

Ya no te perderás afuera

En la luna nueva

Casi como volar

Nunca te perderás

Debajo de las estrellas

Ahí es donde estás

¿Qué es lo que esperas?

No esperes más

Es un poco tarde para esperar

Todas las estrellas

Contigo van

Es mejor no correr

¿Hacia dónde?

¿Para qué?

¿Con quien?

Es mejor sin gritar

Deberías saberlo ya

¿Qué es lo que esperas?

No esperes más

Es un poco tarde para esperar

Todas las estrellas

Contigo van

Aún queda candela

Para qué esperar.

Dale.Disculpa la calidad el video, es el único que encontré. Por cierto, mañana le toca a mi hermano. Qué cosas.

Saturday, November 18, 2006

Cruzando miradas

Es como si cada planeta se quedase sin órbita. Es reencontrarse con algo perdido. Poder abrir dimensiones desconocidas en el aire moviendo los brazos al abrazarte. Es como besarte en la cara oculta de la luna.


Es como si todo se pusiese a andar. Como estudiar un pequeño misterio. Como si explotaran mil tanques de color a cada paso. Como ver caer meteoritos en cada esquina. Como fundir un glaciar. Escuchar el primer llanto de una vida. Es juntar lo irreconciliable.

Es como si me influyese la marea. Como poner boca arriba mi centro de gravedad. Es subir hacia abajo. Es espectáculo. Es seguir “atontao” una estrella fugaz. Es resolver un crimen sin pistas. Es hablar con un acento no escrito. Es crecer empequeñecido. Es rayar un limón en un vaso de ron. Es poder hacer de tu voz algo físico y pegarle un chupetón. Es ver al trapecista sin red ni colchón.

Es estar en un lugar donde no hay prisas y nos podemos encontrar antes de nacer. Donde nos podemos mirar antes de ver. Donde no hay distancia, ni frío, ni viento.
Es tener un reloj donde nunca es tarde, ni pronto, ni a destiempo. Donde no hay silencio,ni oscuridad, ni miedo. Ni espacios, ni atmósferas, ni océanos.

Es como soltar lastre y salir vencedor de un duelo. Es sacar magia de un sombrero. Es ser a la vez santo y cabrón hechicero. Es meter la mano en el bolsillo que te tapa el trasero. Es gritar “motor y acción”. Es suspirar “¡guapa, bombón!”. Es como ir a raptarte y dispararle al mundo para borrar nuestras huellas con un gran pistolón.

Es como meterse un chute, como levantarle a la policía el dedo corazón. Es tener delirios de grandeza de estar apoyados en el mismo almohadón. De dormir a tu lado hasta que salga el sol. Es despertarse sin confusión. Es viajar sin equipaje ni dirección. Es el más intenso coito, el mejor polvo sin condón.


Y es que sólo con mirarme...


se desata un enorme incendio a mi alrededor.

Friday, November 10, 2006

Vivirlo peligrosamente



Acababan de besarse intensamente. Entonces él le preguntó sobre como era estar con ella. La mueca de una pérfida sonrisa se dibujó en su boca y sólo alcanzó a decirle: No te gustaría cariño, créeme.

Él insistió:Prueba.


Imagina el peor whisky de garrafa quemándote la garganta.

Imagina el peor cigarrillo lánguidamente prendido en tus labios.

Imagina el peor tugurio de putas y moteros.

Imagínate dentro.

Imagínate sentado en una barra tatuada por cien muescas a puñal.

Imagina la canción más estridente.

Imagina el olor a gasolina quemada.

Imagínate en medio de la nada.

Imagina los tremendos golpes al chocar las bolas del billar.

Imagina que la número 8 cae al suelo.

Imagínate en negro.

Imagina el suelo mojado de cerveza caliente.

Imagina tus botas pisando botellas rotas.

Imagina la adrenalina masticada en cada boca.

Imagina el trapicheo.

Imagina la marea de fuego.

Imagina bultos bajo chaquetas de cuero.

Imagina la impaciente espera por sacar la quincallería.

Imagina los neones sobre las estanterías.

Imagina la coca sobre la mesa de la esquina.

Imagina las bocas partidas.

Imagina las púrpuras cicatrices vistiendo pieles.

Imagina el culo de Peggy restregándose en cada paquete.

Imagina no poder respirar por el humo del ambiente.

Imagina empujones y provocación.

Imagina la perversión.

Imagina mis zapatos de tacón.

Imagina que te agarro del cinturón.

Imagina mis ojos negros perdición.

Imagina mi boca roja tentación.

Imagina mi piel de leche bendición.

Imagina el contoneo de mis caderas dulzón.

Imagínate con un tremendo colocón.

Imagina mi mano quemándote el pantalón.

Imagina mi lengua enroscándose en la tuya con pasión.

Imagina que te pego un bofetón.

Imagina que te vuelvo a romper el corazón.



¿Te lo imaginas? Estar conmigo es montarse en una montaña rusa. Puedes utilizar las metáforas que prefieras.


Esperó paciente una respuesta. Él sonrió también, llevaban media botella.


Sólo había una respuesta posible…

Sunday, November 05, 2006

Perfúmame


Amanéceme…


...Con el cálido soplo de tu aliento en mi cuello.







Derríteme…


...El traje de piel de escarcha que espera tus soles.





Riégame…


...Con húmedad, los pétalos recién nacidos de mi boca.






Arráncame…


...De infértiles tierras que secan mis raíces.







Guárdame…


...Para siempre en la alforja anudada a tu cintura.






Y germíname…


...Con tu magia, para crecer de nuevo en mil sensaciones.



Agradecerle las preciosas fotos hechas en su jardín y que inspiraron la entrada.Esta SÍ es de los dos ¿Consientes por una vez? ;)



Wednesday, November 01, 2006

Ve a la carrera.



A quien levanta pasiones arcaicas en un corazón moderno en estos dias de prisas y solterías. Y me hace tocar infinitos rincones de mi alma sin saber que existían. A músicos ambulantes y actrices de feria. A quien no va sobre seguro y a quien me pasa las anfetas. A las niñas con piercings y tatuaje entre las caderas. Al ciego del barrio y sus piropos horteras. A los que en un stop queman rueda. Al ex - yonqui que recoge la basura en mi escalera. Al perro que ladra por la noche, a la vecina que se queja. A la máquina sexual del 5º- derecha. Al gilipollas periodista de exclusivas de tercera. A la mujer del frutero cuando se agacha a por peras. Al escote de la golfa que me hizo aquella encuesta. Al grupito de marujas que me llaman calavera. A la pija que “no quiso” y hoy me busca la bragueta. Al soldado temeroso de metálica chaqueta. A San Nacho Vegas. Al tontolculo de Pedro por perderme la chaqueta. A los lúbricos momentos de Begoña en mi bañera. A los amigos del alma que no llaman en las fiestas. A la madre que parió a Cortázar y Rayuela. A las niñas que en esquinas venden almas por monedas. A jubilados muertos de asco y a sus esposas con jaqueca. A la pastilla milagrosa que levanta la flojera. Al capullo que esto escribe sin tener ni puta idea. A las que se quedan para vestir santos y a las de los cafés de carretera. A las universitarias felatrices que no se sacan la carrera. Al sospechoso habitual que acaba sin condena. A machotes y machistas porque lloren como Magdalenas. A su pelo moreno cuando lo recoge en coleta. Al aro negro que me cuelga de la oreja. A quien canta el último hit sin conocer la mitad de la letra. A quien oye a Bowie, Reed, Waits y a las bakalas maquineras. Al poeta cabrón que me tiene con ojeras. A los besos de esa niña que me enciende la caldera. A Benedicto no-sé-cuántos, a las homo-parejas. Al trío de las Azores para que desaparezcan de escena. A las amenazas incumplidas y a las promesas que no llegan. Al que me viene con penas, al que clama ¿y a mi qué me cuentas? Al político corrupto y al idealista sin fronteras. A los vampiritos que lo ven negro ya en plena adolescencia. A quien le jura a la patria de la vida antes que a ninguna bandera. A quien sujeta un libro como única escopeta. A inmigrantes ilegales para que pisen cualquier tierra. A esa madre soltera que a fin de mes no llega. Al feliz recién casado que teme que la pasión se muera. A quien vive en el infierno de las agujas por chaperas. Al enfermo terminal que le sonríe a su enfermera. A los goles por la escuadra que mete Libertad sin fronteras. Al nihilista convencido ¡sálvese quién pueda! Al que trabaja en la fórmula de la igualdad, para cualquiera. A quien mide por el alma y no por la billetera. A todo lo que me dejo en el tintero si es que cogen ustedes la idea…

A los grandes Eggy y Biosofia, por acudir a la carrera.

TODO PUEDE CAMBIAR